El remedio que usaban los labregos gallegos, para evitar el picor causado por la ortiga, es frotar la zona del cuerpo afectada con las hojas de menta, ya que contiene principios antisépticos. Lo más curioso es que son dos plantas que conviven juntas, por lo que si te picas siempre tendrás a mano una menta con la que aliviar la molestia.
Es el nombre de varias plantas herbáceas de la familia de las urticáceas, de tallo erguido y con pelos en las hojas. La ortiga mayor (la más común) mide entre 50 y 150cm. La característica más conocida es la presencia de pelos urticantes que, al rozarlos, producen un intenso picor.
Son cosmopolitas, se pueden encontar en cualquier lugar: caminos, regatos, corrales, huertos, pegadas a los muros... sobre todo en suelos húmedos y ricos en nitrógeno.
Aunque provoquen picor, frotarlas contra el cuerpo mejoran el riego de la sangre. Para evitar esta molestia, se pueden hervir y usar el agua con el mismo cometido.
