Laurel es el origen de los vocablos castellanos "laureado" y "bachiller", este último del latín baccalaureatus, donde aparece laureatus, que ha recibido los "laureles" de su título académico. La adivinación mediante hojas de laurel se llama Dafnomancia.
El laurel es un árbol dioico perennifolio de 5-10 m de altura, de tronco recto con la corteza gris y la copa densa, oscura, con hojas azuladas, alternas, lanceoladas u oblongo-lanceoladas, de consistencia algo coriácea, aromáticas, con el borde en ocasiones algo ondulado. Los ápices miden unos 3-9 cm de longitud y poseen corto peciolo. El haz es de color verde oscuro lustroso, mientras que el envés es más pálido. Las flores están dispuestas en umbelas sésiles de 4-6 flores amarillentas de 4 pétalos que aparecen en marzo-abril y que están envueltas antes de abrirse en un involucro subgloboso. El fruto es una baya, ovoide, de 10-15 mm, negra en la madurez. Tiene semilla única de 9 por 6,5 mm, lisa. Madura a principios de otoño. En la península Ibérica se distribuye en el norte y en el oeste, en las regiones de clima mediterráneo-húmedo. En el este, en el área en el área mediterránea, no forma grandes masas (por la sequedad del verano) y se refugia en barrancos y en vaguadas, y en el centro de la península no está presente debido a la continentalidad del clima
Normalmente puede crecer en lugares de clima suave y fresco como acompañante de otras formaciones arbóreas de hoja caduca, aunque algunas veces forma bosquetes. Suele estar asociado a lugares cercanos al mar, barrancos y vaguadas húmedas y sombrías, sobre cualquier tipo de suelo. No asciende mucho en altitud porque le afectan las heladas.
Sirve para aliviar las digestiones pesadas, previene la acidez y reduce los gases. Pero, además, el laurel sirve para tratar afecciones del aparato respiratorio, es diurético, y hasta se emplea para elaborar productos cosméticos. Dos de sus componentes, el Cíñelo y el Eugene, son los que le otorgan al laurel su propiedad principal: facilitar las digestiones. Así mismo tiene la propiedad de mejorar y estimular el apetito, por lo que, en tratamientos de fisioterapia destinados a personas que necesitan ganar peso, se recomienda las infusiones de laurel. Se puede usar de forma tópica para regenerar la epidermis o tratar afecciones de la piel causadas por hongos, así como contusiones, quemaduras, úlceras, accesos o acné.
