Los vikingos lo tenían por un símbolo de resurrección y en su mitología se establecía que junto a los fresnos eran los árboles con los que los hombres habían sido creados. En la antigua Irlanda el aliso era sagrado hasta el punto de que talar uno se consideraba un delito.
Es un árbol de altura media, caducifolio. Sus hojas son de color verde oscuro y un poco más claro por el envés, limbo redondeado y extremidad truncada. Las hojas permaneces verdes hasta su caída. Haces de pelos blanquecinos o rojizos en las axilas en el envés. Brotan en primavera siendo pelosas y pronto se convierten en lampiñas. Es de gran interés desde el punto de vista ecológico ya que sus formaciones son eficaces fijadoras y protectoras de las riberas, a la vez que su densa sombra favorece la vida de los peces.
Se dan en suelos húmedos cerca de ríos, estanques y lagos, aunque también puede crecer en lugares más secos. En ocasiones aparecen en bosques mixtos y en los bordes de los bosques. Tolera gran variedad de tipos de suelo y crece mejor a un PH de entre 5.5 y 7.2.
Su madera es muy resistente en el agua. Nuestros antepasados la utilizaban para realizar palafitos. Los cimientos de los edificios de Venecia son de esta madera.
