El Tardo
Trasno (duende) de color verdoso y ojos grandes que aprovecha la oscuridad para entrar en las casas y sentarse en el pecho de las personas que duermen, provocándoles dolor y pesadillas.
Suele vestir con ropas viejas, gorro rojo y en la cintura lleva una pequeña espada afilada.
Para librarse de él basta con poner un cuenco lleno de maíz u otro cereal. Como es muy curioso, comenzará a contar los granos, pero como solo sabe contar hasta diez, los contará una y otra vez y así se pasará la noche sin molestar.
La Lamia
Ser de fábula, mitad mujer, mitad serpiente, vive en cuevas en proximidades de ríos, fuentes y manantiales.
Ten cuidado si ves una, son muy peligrosas para los hombres, los encantan para devorarlos, como las sirenas. Precisamente la reina de las sirenas así se llamaba, Lamia.
Los biosbardos
Criaturas de hábitos nocturnos y huidizos, por ello resulta difícil dar una descripción exacta de como son. Algunas personas dicen que son pájaros o jóvenes de gran belleza.
Habitan en bosques o caminos apartados. Encontrarse uno es muy buena señal, tendrás suerte toda la vida, pero eso sí, no se lo puedes enseñar a nadie, si no la suerte se acaba.
Blanco Amor ya sabía de ellos, les dedicó un libro de cuentos, publicado en 1962, llamado “Os biosbardos”.
El Gatipedro
Animal de fábula con aspecto de gato, de su cabeza sale un cuerno. Entra por las noches en las casas y en aquellos cuartos donde hay niños o niñas durmiendo se sube a su pecho y echa agua por el cuerno.
La persona dormida al escuchar este sonido, sueña que está meando y se lo hace de verdad en la cama…
Para protegerte de estas malas artes, dice la tradición popular, deberás poner unas arenas de sal delante de la puerta de la habitación y al lado de la ventana, porque como al caminar el gatipedro también se apoya en la lengua , al sentir la sal en ella, se da la vuelta y deja a niños y niñas en paz.
La meiga
Herederas de antiguos rituales y artes ocultas. Conocedoras de la Naturaleza, de las plantas y sus propiedades, curanderas tradicionales a las que se acude para solucionar tanto problemas físicos como espirituales, como el mal de ojo.
Entre sus habilidades, figura la capacidad de hacer hechizos y la adivinación.
Es fácil confundirla con la bruja, si bien, esta actúa siempre con maldad, tiene tratos con el demonio, participa en aquelarres y vuela en escoba.
Una de las meigas más antiguas, según la tradición popular es la Dama del Castro, una meiga buena.
El rey Breogán
Según el Leabhar Gabhála Érenn o “Libro de las Invasiones”, recopilación de leyendas irlandesas del siglo XII, Breogán, hijo de Brath, fue el caudillo celta que sometió a las tribus de España.
Tras su conquista, fundó la ciudad de Brigantia y levantó una torre de tal altura que desde su cima sus hijos Íth y Bile podían divisar la verde Irlanda.
A su muerte, le sucede su hijo Íth. Al ver Irlanda desde la Torre, parte rumbo a aquellas tierras en una visita de reconocimiento inicial, pero es asesinado por los tres reyes de la Tuath Dé Danann , el pueblo de la Diosa Danu, como se conoce al quinto grupo de habitantes de Irlanda, según la tradición del Leabhar. Su cuerpo es trasladado a Brigantia, donde es enterrado. Sus descendientes le juran venganza. Pero Mil, nieto de Breogán y sobrino de Íth, muere antes de la invasión. Serán sus hijos Eremon, Eber, Ir, Amairgen y Donn quienes dirijan la expedición, conquistando la isla, dando lugar al pueblo de Mil o milesios, origen del linaje celta de Irlanda.
El Himno Gallego, que recoge el poema “Os pinos” de Eduardo Pondal, honra la memoria de este caudillo, refiriéndose a Galicia como hogar y nación de Breogán.
El perro del Urco
Tiene la forma de un enorme perro de color negro, con grandes cuernos y orejas.
Sale del mar por la noche, aullando y arrastrando cadenas, aullidos que son presagio de una muerte próxima o una desgracia, por eso se le conoce como Can do Mar o Can do Inferno.
Al llegar a tierra, con sus ladridos espeluznantes va atrayendo cuantos perros y criaturas de la noche va encontrando por los caminos, aterrorizando a quienes los escuchan.
Antón Fraguas ya lo describía como un perro enorme «capaz de tragarse de un solo mordisco veinte sacos de calderilla con la misma facilidad con la que un burro se traga dos granos de cebada».
La Coca
Animal terrorífico, cuerpo de dragón y alas semejantes a las de un murciélago que salen de su torso. En su cabeza sus ojos deslumbran como ascuas, sus dientes son bien afilados.
Surge del mar y avanza por tierra firme para raptar a las muchachas más hermosas sin que nadie pueda impedirlo, sembrando el terror a su paso.
La Coca más conocida es la de Redondela, allí cuenta la leyenda que los jóvenes de la villa, hartos de las incursiones de este monstruo marino, un día se armaron de coraje, se enfrentaron a ella y, tras una dura lucha, le dieron muerte.
Una vez vencido el dragón, lo llevaron al pueblo y, después de que diera sus último suspiros, comenzaron a bailar alrededor del dragón derrotado, sujetando las espadas los unos con los otros.
Por ello, para conmemorar esta gesta, el día de Corpus, los jóvenes bailan la Danza de las Espadas y las chicas la de las Penlas, representando la liberación de las doncellas de las fauces del dragón
Nubeiro
Si ves que hay una fuerte tormenta o una tempestad, ten cuidado, posiblemente el Nubeiro está haciendo de las suyas….
Gigante morador de los aires, suele vestir con traje de pieles y sombrero negro de alas anchas. Va cargado de truenos, haciendo que las nubes descarguen toda la lluvia y granizo que puedan.
Coge los rayos con tenazas de herrero y con sus zuecos produce los truenos.
Pero no siempre está por los aires, a veces baja a la tierra donde puede ser reconocido por las gentes del campo, quienes, para evitar los destrozos por las tormentas, le pagan. Suele salir por las mañanas a hacer tronar y vuelve a media noche cargado de culebras y lagartos.
En la fiesta de Santa Brígida, celebrada el 31 de enero, fechas en las que tenía lugar la festividad celta del Imbolc en honor a la diosa Brigid, durante toda la noche los mozos tocaban las campanas intentando espantar al Nubeiro.
Los mouros
Habitantes de mámoas, dólmenes y castros, están dotados de una fuerza sobrenatural. En las leyendas se les describe con apariencia humana o como gigantes.
Viven debajo de la tierra, donde esconden sus fabulosos tesoros en laberintos o cuevas, tesoros a los que no le dan mucho aprecio.
Ya la Guía del Peregrino del Códice Calixtino describía Galicia,, como un reino “rico en oro y plata […] sobre todo en tesoros sarracenos”.
Los mouros, a veces, hacen negocios o intercambios con humanos, pagándoles en oro, a condición de que no cuenten el origen del tesoro, en cuyo caso el oro se convertirá en piedras o carbón.
Aunque son seres mágicos, también hacen actividades propias de los humanos: cocinan, lavan, tienen animales domésticos, cantan y bailan….
A pesar de lo que pueda parecer, los mouros nada tienen que ver con las personas de origen musulmán.
Las mouras
Criaturas fantásticas asociadas a construcciones megalíticas.
Se representan como mujeres hermosas de piel blanca que suelen sorprender a alguna persona solitaria al amanecer, peinado sus cabellos rubios con un peine de oro y mirándose en un espejo o bien tejiendo hilos dorados.
Cabello, peine e hilos dorados que simbolizan los rayos del sol, al igual que el amanecer representa la liberación del sol de su prisión nocturna.
Suelen proponer al caminante alguna prueba, dándoles a elegir entre dos objetos o bien quedan con él al día siguiente, apareciendo en su lugar una enorme serpiente que le pide un beso.
Están dotadas de una fuerza sobrenatural, mientras hilan con una mano con la otra son capaces de cargar en la cabeza con enormes piedras.