Nombre Común: Cicuta / Perejil de vaca
Nombre científico: Conium maculatum
¿Sabías qué?
Fue empleada como solución final en épocas de hambruna
Fue empleada como solución final en épocas de hambruna
Es una planta herbácea bienal que puede alcanzar un tamaño de 1,5-2,5 m de altura. Posee un tallo hueco y estriado, manchado de color purpúreo en la base y muy ramoso en la parte superior; las hojas son tripinnadas, blandas, fétidas, verdinegras, triangulares y divididas en foliolos ovados o lanceolados. Las hojas inferiores son pecioladas y más grandes que las superiores, llegando a medir 60 cm de longitud. Las flores son pequeñas, de color blanco y surgen en umbelas de unos 10 a 15 cm de diámetro. El fruto es un pequeño aquenio redondo u ovalado, de color verde claro. Las semillas son pequeñas de color negruzco. La planta entera desprende un olor nauseabundo al romperla o restregarla.
Podemos encontrala en ambientes nitrófilos más bien húmedos y frescos, como las orillas de los ríos y zonas sin cultiva.
Se han usado los frutos y también las hojas en forma de cataplasma de planta fresca o aceite de cicuta por sus propiedades como antiespasmódico, galactófugo, analgésico, anestésico local y por su acción sobre las terminaciones nerviosas sensitivas como sedante para calmar dolores persistentes. Su efecto narcótico es similar a la belladona y persiste por más de 40 horas. Por vía externa se ha utilizado en linimentos para la ciática, neuralgia del trigémino y dolores reumáticos. Se usó en el tratamiento de las neuralgias rebeldes y dolores cancerosos terminales. Antiguamente también se empleó en el tétanos, la rabia, la tisis y afecciones venéreas. Su potencial tóxico hace desaconsejable el uso fitoterapéutico de esta planta y está especialmente contraindicado en el embarazo, durante la lactancia y en niños. La cicuta es un veneno muy potente que no debe usarse jamás por vía interna, ya que unas gotas de su jugo puede ser mortal para una persona.