En este entorno vale la pena perderse entre sus robles centenarios, protagonistas junto al boj de nuestro parque. El roble (en gallego “carballo”, Quercus robur) es el árbol sagrado en la cultura rural gallega, el árbol autóctono de la comunidad por excelencia. Las carballeiras fueron de vital importancia en el desarrollo económico del campo y fuente de recursos para los habitantes de la zona. La madera de estos árboles era muy apreciada en construcción, carpintería y ebanistería.
Acompañando a los robles aparecen otras especies botánicas autóctonas y, sobre todo, mucha flora silvestre. Destacan helechos, zarzas, celedonias , hiedra, arbustos y hongos de diferentes variedades, como el boletus.
En medio del robledal encontramos entre bancos de piedra una fuente de estilo romántico (1849) construida en granito, conocida como Fonte da Mixirica. En sus orígenes abastecía de agua a la vecindad y según los documentos fue causa de numerosos conflictos, pegada como estaba a las murallas del pazo y cercana a otras grandes propiedades con inclinación a desviar el cauce del agua mediante diversos procedimientos.
Muy cerca de ella, el crucero de piedra, sobre una plataforma cuadrangular de granito, nos indica que estamos en un lugar sagrado e históricamente relevante. Posee una cruz con las imágenes de Cristo crucificado y la Virgen de la Piedad en su reverso. Los cruceros son junto con los hórreos los monumentos populares más característicos de Galicia y el pazo de San Lourenzo de Trasouto cuenta con dos piezas.
Pazo de San Lourenzo de Trasouto
El pazo de San Lourenzo es hoy en día un gran complejo arquitectónico levantado alrededor de la pequeña capilla medieval. A lo largo del tiempo ha sido objeto de dos transformaciones importantes: En el siglo XIV se amplía para convertirse en monasterio, completándose en el XVIII con la construcción de la Capilla Mayor y la sacristía. En el siglo XIX inicia su conversión de edificio religioso a civil. El pazo fue declarado monumento histórico artístico y Bien de Interés Cultural en el año 1979.
Entre su extenso patrimonio deslumbra una espectacular escultura natural hecha de boj tallado que ocupa todo el claustro, solamente cruzado por dos pasillos abiertos entre los setos. Estos, trabajados en formas geométricas, representan motivos alegóricos: cruces, conchas de peregrinos o símbolos grecolatinos, entre otros. Considerada una joya de la jardinería geométrica gallega y del arte religioso, su plantación se remonta al siglo XVII.
Merece la pena visitar la capilla y la iglesia, que conserva restos románicos como el altar mayor y el pórtico de la entrada. El retablo renacentista italiano de mármol de carrara fue traído desde Sevilla en el siglo XIX, a cambio del retablo original. En esa época el contacto con la ciudad andaluza debió de ser frecuente ya que repartidos por el pazo podemos ver varias obras de arte de estilo sevillano, como el artesonado de azulejos que decora el Salón de los Tapices, llamado así por contener, además, una valiosa colección de piezas flamencas del siglo XVII.
Alrededor del pazo, los amplios jardines están divididos en varias zonas de diferentes estilos: el jardín en terrazas, un jardín paisajista, la huerta y el bosque. Muy frondosos y cuidados, en ellos encontramos camelias, naranjos, azaleas, magnolias, hayas, hortensias, dalias, gardenias, naranjos, tilos, cornejos, así hasta sobrepasar el centenar de especies.
Saliendo del jardín y de sus muros, al lado del robledal, nos adentramos en el barrio de “Carme de Abaixo”. Recomendamos acercarse hasta el antiguo molino, edificación también inseparable del paisaje gallego.
Fauna
Todo un universo de pequeños animales habita la Carballeira y sus jardines: Ciervos voladores, ardillas, hormigas, caracoles, lombrices, gusanos, saltamontes, grillos, mariposas y especies de pájaros como gorriones, estorninos, mirlos, cuervos pegas, búhos o lechuzas….
También veremos pequeños reptiles y anfibios: escánceres, lagartijas, sapos o salamandras, pudiendo llegar a encontrarnos, aunque es raro, alguna víbora.
Una de las especies autóctonas de estas regiones es la víbora cantábrica (Vipera Seoanei), también conocida como la “víbora de Seoane” y que debe su nombre al catedrático ferrolano Víctor López Seoane. Se le dio el rango de especie en 1976.
La Carballeira de San Lourenzo se puede visitar sin restricciones, en cambio el acceso al pazo está regulado con horarios.